Una lectura puramente histórica de Colosenses 2:9
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad (ὅτι ἐν αὐτῷ κατοικεῖ πᾶν τὸ πλήρωμα τῆς θεότητος
σωματικῶς)
Colosenses 2:9 RV60
Colosenses 1:15-20 corresponde a un himno al que podemos llamar Himno de la Supremacía de Cristo
(HSC)[1]
que desde tiempos antiguos hasta modernos ha sido muy debatido debido a su
carga cristológica. Este himno cristológico, desde el lado trinitario, ha sido
usado junto con Colosenses 2:9 donde se dice de Jesús que “en el habita toda la
plenitud de la deidad”. Esto sería un indicativo explícito a favor de la unión
hipostática si asumimos previamente una metafísica trinitaria. He leído interpretaciones
de Col. 2:9 tanto de quienes creen que el Hijo es un ser creado, y por quienes creen
que el Hijo es Dios. Los argumentos en ambos bandos siempre me han parecido insuficientes,
y no me convencen. Sin embargo, en este artículo propongo una interpretación muy
plausible extraída de mis lecturas de varios autores[2].
Esta interpretación terminara favoreciendo al lado unitario, pero admito que es aún compatible para el lado trinitario[3].
Colosenses, LXX y textos judíos
Cuando leemos Colosenses 2:9, parece claro que Pablo hace una referencia al capítulo anterior, el verso 19 el cual es parte del HSC (Col. 1:19). Parece como si la “plenitud” fuera la de la “divinidad”, o la “cualidad divina” (θεότητος); pero si Pablo está aludiendo un himno preexistente, entonces el pleroma (πλήρωμα) que habita en Cristo en el verso 19 del HSC puede tener un entendimiento especial. La pregunta es, ¿qué es esta plenitud de la divinidad que habita en Cristo?
La LXX habla de que Dios habita (κατοικέω) en su montaña (el monte Sión) en varios lugares[4]; y en otros pasajes, en los cielos[5]. En la LXX se utilizan diferentes formas de πλήρωμα (verbales y adjetivales) para denotar la presencia de Dios, especialmente en el templo[6]. Se habla de Dios como llenando el cielo y la tierra (Jer. 23:24 LXX), se habla del espíritu de Dios también llenando la tierra (Sabiduría 1:7), el mundo, y estando en todas partes[7]. De forma similar, Filón de Alejandría utiliza el lenguaje para hablar de la omnipresencia de Dios en varias de sus obras[8]. En el Testamento de Zabulón 8.2 se habla de Dios como si habitara (κατοικέω) en una persona compasiva, y en el Testamento de Benjamín 6.4 Dios habita (κατοικέω) en una persona con una mente buena.
Con esto como base, parece que el versículo 19 del HSC está comunicando que a
Dios le agradó que toda la plenitud habitara en él (Jesús), tal como lo hizo en
el Templo y Monte Sion. Esto tendría la implicación de que Cristo es para los
cristianos lo que el templo era para Israel: la intersección entre los
humanos y la presencia divina, así como todas las cosas fueron creadas en
Cristo, la plenitud también habita en él, haciendo de Cristo el punto de
encuentro[9].
Jesús, el único acceso a Dios
El uso de θεότητος en Colosenses 2:9 complica la cuestión,
θεότητος sólo aparece aquí en el Nuevo
Testamento, y debe
distinguirse del uso que hace Pablo de θειότης en Romanos 1:20 para describir la
esencia divina de Dios o divinidad[10].
Según BDAG, Θειότης se define como la propiedad que hace de uno un dios[11].
Mientras Θεότητος se define como el estado de ser un dios[12].
Tomado en el contexto de la epístola, vemos que Pablo advierte a su audiencia
en Colosenses 2:8 contra “la filosofía y la seducción vacía según la tradición
de los hombres, según las cosas elementales del mundo, y no según Cristo”; y en
el versículo 10 Pablo recuerda a su audiencia que en Cristo han sido llenados,
y que Cristo es la cabeza de todo gobierno y autoridad. La afirmación de
Colosenses 2:10 (que en Cristo los colosenses han sido “completos”[13],
o llenados de “plenitud”[14]
[καὶ ἐστὲ ἐν αὐτῷ πεπληρωμένοι]) descarta la idea de que la
plenitud que habita en Cristo implique la igualdad ontológica con el Dios
altísimo, ya que eso llevaría a pensar que esa igualdad ontológica se aplicaría
también a la comunidad colosense.
Teniendo en cuenta esto, junto con los paralelos Templo/Sión en la LXX,
parece como si, en Colosenses 2:9, Pablo estuviera argumentando a su audiencia
que no deberían buscar el acceso al reino divino fuera de Cristo, porque, la
plenitud de la cualidad divina habita en Cristo, Dios se complació en que la
plenitud habitara en Cristo, por lo tanto, el único acceso a lo divino es a
través de Cristo. Por lo tanto, se podría parafrasear el versículo 19 de la HSC
diciendo que Dios se complació en designar a Cristo como el único a través
del cual la humanidad puede acceder plenamente a Dios, ya que la
presencia divina habita en él al igual que en el templo. La plenitud que
habita en Cristo, que Dios se complace en hacer habitar en él, es la plenitud
de lo que significa acceder a lo divino, y el público de la epístola a los
colosenses puede tener esa misma plenitud en Cristo.
[1] La identidad
de este pasaje como himno depende de aspectos como una estructura similar a un
himno y el paralelismo encontrado dentro del texto. (Bruce, The Epistles to the Colossians, to Philemon, and to the
Ephesians, 55–56; Dunn, The Epistles to the Colossians and to Philemon,
84; Pao, Colossians and Philemon, 89–90).
[2] Gracias a los trabajos de Eduard Lohse, Michael Bird,
Charles Talbert y Douglas Moo (Lohse, Colossians and Philemon, 99–100;
Bird, Colossians and Philemon, 57–77; Talbert, Ephesians and
Colossians, 213; Moo, The Letters to the Colossians and to Philemon,
193–194).
[3] Ejemplos de ello son David Pao y F.F. Bruce (Pao,
Colossians and Philemon, 162; Bruce, The Epistles to the Colossians, to
Philemon, and to the Ephesians, 100–101).
[4] LXX Salmo 67(68):17(16) describe a Dios habitando en
su montaña, (τὸ ὄρος ὃ εὐδόκησεν ὁ θεὸς κατοικεῖν ἐν αὐτῷ); LXX Salmo 131(132):13 describe el monte Sion como
el lugar que Dios eligió como su morada (ὅτι ἐξελέξατο Κύριος τὴν Σιών, ᾑρετίσατο αὐτὴν εἰς κατοικίαν ἑαυτῷ); LXX Isaías 8:18 dice que Dios habita en el monte Sion (ὃς κατοικεῖ ἐν τῷ ὄρει Σειών).
[5] 1 Reyes 8:3,
43, 49; 2 Crónicas 6:30, 33, 39. (LXX).
[6] Isaías 6:1;
Ezequiel 43:5; 44:4; Hageo 2:7. (LXX).
[7] Salmo
138(139):7–9 (LXX).
[8] Filón, Interpretación
Alegórica, 1.44; 3.4; Sobre los Gigantes, 47; Sobre la Confusión
de las Lenguas, 136; La Vida de Moisés, 2.238.
[9] Crocker Lacy K., “Temple, Solomon’s,” Lexham Bible
Dictionary; Heil, Colossians, 71–73.
[10] Moo, The Letters to the Colossians and to Philemon,
193.
[11] BDAG 3516.
[12] BDAG 3544.
[13] Reina Valera
1960, 1977, 1995; LBLA.
[14] NVI; CST; BLP;
RVC.
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