¿Cómo interpreto los dos cumpleaños relatados en la Biblia?


Desde hace muchos años, los Testigos de Jehová han utilizado los relatos de dos cumpleaños mencionados en las Escrituras para rechazar la celebración de cumpleaños en la actualidad. El primer cumpleaños se encuentra en el Antiguo Testamento, en la época de José, con Faraón (Génesis 40:20-23), mientras que el segundo se halla en el Nuevo Testamento con el rey Herodes (Mateo 14:6-10). La razón presentada en la literatura JW sostiene que los cumpleaños están vinculados con “actos crueles”[1], y por ello, para no asociarnos con esos eventos señalados en las Sagradas Escrituras, no deberíamos celebrar cumpleaños. Sin embargo, este argumento para negarse a celebrar cumpleaños me parece insuficiente y problemático si hacemos una lectura más cuidadosa de estos dos relatos.

En el caso del cumpleaños del faraón, no hay nada en el texto que vincule directamente las celebraciones de cumpleaños con actos crueles. Aunque es cierto que las celebraciones pueden dar lugar a excesos o comportamientos inmorales en algunas circunstancias, en este relato en particular, los “actos crueles” (la ejecución del jefe de los panaderos y la liberación del jefe de los coperos) fueron simplemente el cumplimiento de los sueños interpretados por José. No fue el cumpleaños en sí lo que causó estos eventos, sino que ya estaban predestinados según los sueños.

De manera similar, en el relato del cumpleaños de Herodes, la ejecución de Juan el Bautista no fue causada por la celebración del cumpleaños en sí, sino por una cadena de decisiones individuales: la petición de Herodías, el baile de su hija y el juramento precipitado de Herodes. Aunque el asesinato de Juan ocurrió alrededor de esa celebración, el texto no sugiere que la fiesta fuera la razón de su muerte. De hecho, el relato en Mateo 14:11 menciona que la cabeza de Juan fue entregada a la joven, pero no dice que fue llevada directamente a la celebración, lo que sugiere que el cumpleaños fue un escenario, no la causa.

Podemos entender mejor esta idea con una analogía. Imaginemos que en una boda, dos invitados tienen una pelea que termina en tragedia. Aunque el incidente ocurrió durante una boda, no concluiríamos que todas las bodas son peligrosas o inmorales. La pelea no fue causada por la boda en sí, sino por las decisiones y acciones de personas específicas en un contexto particular. De la misma manera, los actos crueles que se describen en los cumpleaños de Faraón y Herodes no son una condena a las celebraciones de cumpleaños en general. Estos eventos desafortunados fueron el resultado de circunstancias específicas, no de la naturaleza de la celebración de un cumpleaños.

Ante todo, basar el rechazo a la celebración de cumpleaños en dos relatos aislados de las Escrituras resulta ser una interpretación limitada. Así como no culpamos a una boda por un evento trágico que ocurre durante su celebración, tampoco podemos condenar todos los cumpleaños por los actos crueles que sucedieron en dos de ellos. Lo importante son las circunstancias y las decisiones individuales, no la celebración en sí misma.

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] The Watchtower, Questions From Readers. October 15th, 1998, p. 31 https://wol.jw.org/en/wol/d/r1/lp-e/1998766

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