Argumento de la Contingencia para la existencia de Dios

 


1. Es evidente, y nos consta por nuestra experiencia directa del mundo, que existen seres contingentes, es decir, seres que dependen de otros para existir.

2. Ahora bien, como acabamos de decir, un ser contingente depende de otro para existir. Entonces, si hallamos que existe un ser contingente es necesario inferir que existe otro ser del cual depende este.

3. Pero si asumimos que todos los seres son contingentes tendremos que este primero dependerá de un segundo, que será contingente, de modo que dependerá de un tercero, también contingente, y así sucesivamente. Mas no se puede seguir así indefinidamente porque de ser ese el caso no podría existir ningún ser puesto que una cadena infinita de dependencia ontológica es absurda. Por consiguiente, es necesario postular la existencia de un Ser Subsistente, es decir, de un ser que no dependa de ningún otro para existir sino tenga plenamente en Sí mismo todo el fundamento del ser.

4. Este Ser Subsistente que no depende de ningún otro para existir y que se constituye como el fundamento de la existencia de todos los demás seres es Dios.

5. Luego, Dios existe[1].

 



[1] Urbina, Dante A.. ¿DIOS EXISTE?: El libro que todo creyente deberá (y todo ateo temerá) leer (Spanish Edition) (p. 90). CreateSpace. Edición de Kindle. Véase también Pruss, A., & Rasmussen, J. (2018). Necessary Existence. Oxford: University Press; Horban, P., & Ruloff, C. (2021). Contemporary Arguments in Natural Theology (pp. 17-30). Great Britain: Bloomsbury Academic. 


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